Durante mi vivencia en Los Angeles, entre el sinfín de cosas que se descubrieron, quizás una de las más impactantes fue cuando probé por primera vez los mejores caramelos del mundo: Skittles!
La situación en su día era un tanto grotesca, Unaitxo, Javitxu y Axi en LAX esperando a volar a Miami, donde nos esperaría una semana bañada en ron y zumos tropicales. Pero volviendo a lo propio del mensaje; LAX, esperando, fui a comprar algo que me hiciera la espera más amena. El atractivo de la bolsa me hizo comprar la semejante experiencia que supone comerte unos Skittles. Cuando volví y me reuní con mis compañeros de viaje, les ofrecí probarlos, Javi nada más olerlo salió pitando a comprar mientras yo le gritaba 'los de la bolsa roja!'.
La bolsa en cuestión es enorme, es lo más parecido al bolso de Mary Poppins, puedes meter una pala de excavadora llena de esas joyas de colores... cosa que al cabo de un tiempo deleitándote, te empieza a pasar factura, me explico: Empiezas probando cada caramelo por separado, para intentar identificar el sabor frutal concreto de cada uno de ellos. Una vez que has probado todos los sabores dejas libertad a tus impulsos y los metes juntos a la boca, a veces, preso de tu obsesión por un festival de sabores, te llenas la boca de ellos, los vas desgastando, y al final dejas paso a los dientes, que hacen su labor a las mil maravillas. El caso es que cuando te has llenado la boca varias veces y has comido los Skittles de todas las formas posibles, empiezas a experimentar un profundo dolor bucal, te das cuenta de que, a pesar de su rico sabor, parece que tienes en la boca un montón de cuchillas de afeitar y tu las masticas con todas tus fuerzas, te duele, pero no puedes parar, y la bolsa no se acaba...
Todo esto viene a que me he encontrado con un anuncio de los mejores caramelos jamás inventados, desgraciadamente no los encuentras en España, puede que eso sea positivo... el anuncio es buenísimo, enjoy!
La situación en su día era un tanto grotesca, Unaitxo, Javitxu y Axi en LAX esperando a volar a Miami, donde nos esperaría una semana bañada en ron y zumos tropicales. Pero volviendo a lo propio del mensaje; LAX, esperando, fui a comprar algo que me hiciera la espera más amena. El atractivo de la bolsa me hizo comprar la semejante experiencia que supone comerte unos Skittles. Cuando volví y me reuní con mis compañeros de viaje, les ofrecí probarlos, Javi nada más olerlo salió pitando a comprar mientras yo le gritaba 'los de la bolsa roja!'.
La bolsa en cuestión es enorme, es lo más parecido al bolso de Mary Poppins, puedes meter una pala de excavadora llena de esas joyas de colores... cosa que al cabo de un tiempo deleitándote, te empieza a pasar factura, me explico: Empiezas probando cada caramelo por separado, para intentar identificar el sabor frutal concreto de cada uno de ellos. Una vez que has probado todos los sabores dejas libertad a tus impulsos y los metes juntos a la boca, a veces, preso de tu obsesión por un festival de sabores, te llenas la boca de ellos, los vas desgastando, y al final dejas paso a los dientes, que hacen su labor a las mil maravillas. El caso es que cuando te has llenado la boca varias veces y has comido los Skittles de todas las formas posibles, empiezas a experimentar un profundo dolor bucal, te das cuenta de que, a pesar de su rico sabor, parece que tienes en la boca un montón de cuchillas de afeitar y tu las masticas con todas tus fuerzas, te duele, pero no puedes parar, y la bolsa no se acaba...
Todo esto viene a que me he encontrado con un anuncio de los mejores caramelos jamás inventados, desgraciadamente no los encuentras en España, puede que eso sea positivo... el anuncio es buenísimo, enjoy!
2 comentarios:
comoooo???q nunca los habias probado???pues no te tienes q ir muy lejos...quieres q te diga donde?quieres volver a saborearlos??o igual mejor no...
la respuesta en el siguiente capitulo,robacervezas!q te va patada en el culo ee!XD
muaaa!
q recuerdos, joder que ricos estan.
Los voy a buscar aki en londres!!
abrazo crack!
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